lunes, 13 de febrero de 2012

Mi vida anterior - Capítulo II



La salida...

Contemplaba el techo de la habitación, echada en la cama divagando en pensamientos utópicos sobre mi tranquila vida sin falta de emociones encontradas y al mismo tiempo pensaba en lo ocurrido hace unas cinco horas atrás con aquel tipo. Le había aceptado la invitación para salir a un desconocido, imagino que me dobla la edad aunque no estoy segura.

No conozco a otra persona más que a mi abuela y a mi nuevo abuelo "Político", algunos empleados del hotel, y alguna otra amiga que llamaba para presumir sus nuevas adquisiciones materiales, así que necesitaba un poco de extra cultura, adecuarme  y hacerme la idea.

Mi padre siempre se preocupaba por lo bueno y lo malo que pueda aprender cada día, así que siempre me metía cosas a la cabeza, cosas que muchas veces tenían razón y otras ligeramente se acercaban a los pensamientos sobre modernidad, una nueva visión pragmática para responderle al mundo, esperar de esta manera que el mundo te responsa igual. Entre las cosas de la vida podían ser infinitas, muchas cosas que acompañaban la cotidianidad de una adolescente de diecinueve o de una mujer de veinticuatro; Ir a una iglesia todos los domingos y rezarle a alguien que te ayudaría en cada paso de tus acciones sean buenas o malas, etc, no necesariamente son los temas religiosos los que mueven la sociedad, temas como política y vida familiar eran uno de los intereses más importantes para mi padre en conversaciones que compartía  conmigo, cosas que a nadie le gusta hablar pero sí actuar.
Si creces con eso en muchos años en Sudamérica, aprendes de las prioridades y gustos de las personas, necesidades que pienso yo son bastantes naturales pero no tan naturales y necesarias para otras que pueden ser cosas peligrosas, nunca pongo el tema en específico y nadie me va negar nada ni cuestionaré en alguna posible conversación futura, son solo cosas que dan vueltas por mi cabeza, como las salidas sabadeñas, o las salidas diarias, para beber hasta que el cuerpo no esté consiente de sus actos, luego la típica necesidad del sexo, quizá con una persona distinta cada semana porque no pasa por mi mente que alguna persona sea capaz de hacerlo diario como deporte, definitivamente tengo que crecer, y aprender a comprender estas cosas que fueron inculcadas por mis padres a repelerlas de alguna u otra forma como pensar que son cosas de gente primitiva. Yo ya le daré mi adjetivo después, si mi padre pudiera escuchar mis pensamientos ahora o viera lo que estoy haciendo cosa de la cual estoy segura y convencida que no hago mal, es salir con ese Daniel de la Barca.

Son ocho de la mañana y me levanté con tanta curiosidad de saber lo que me esperaba el día que apenas estaba por comenzar... de pronto un sonido interesante se colaba hasta mi habitación, un sonido familiar; acordeón, guitarra, percusión de orquesta, era un tango, el popular “Por una Cabeza“ de Carlos Gardel, uno de mis favorito...
Salí hasta la estancia principal y luego al pasillo del hotel para escuchar mejor y ver de donde provenía, el volumen estaba muy alto sea de televisión o radio.
Me vestí muy rápido pero esta vez no escogí nada de sastres incómodos o ropa que causa comezón, me puse la ropa más guay que tenía, no llevaba la cara pintada, mi cabello estaba natural, con las ondas relucientes, un lápiz labial transparente, una cafarena azulina y un suéter cuadriculado moderno de color celeste y azul, mi pantalón jean apretado hasta los tobillos, mis zapatillas de dos colores perfectamente en conjunción con todo lo antes mencionado además de la medalla de plata que me dio mi madre junto con los aretes tipo argolla...

Me vi en el espejo para apostar que a alguien se le van a quitar las ganas de salir, ese alguien se iba a dar la impresión de su vida al ver que la aparente mujer de treinta años, sensual, seria y de vestido escaso de tela, sólo es una señorita de veinte años, inmadura aún, alegre, no muy tímida y quizá más inteligente que él.

Bajé rápido por las escaleras, él estaba ahí, me fui a terminar lo que comencé tan pero tan ansiosa de que me viera.

-Hola, Daniel, buenos días- (volteó a verme extrañado)
-Qué tal señorita, ¿En qué puedo ayudarla?-
-Soy yo, Liliana Cáver Flores, me sorprende su mala memoria- (Me reía de lo patético que se veía, sutil Guasa!!!)
-¿Tú? Liliana, ¿La mujer con la que hablé ayer en la tarde? Ja, ja, ja, esto debe ser una broma, ¿Cuántos años tenéis?, oh no perdón, no debo preguntar la edad- (Se Tocaba el cuello de la camisa y lo estiraba como no creyendo nada de lo que le decía y al mismo tiempo sí lo hacía)

Vestía con una camisa melón y un suéter muy elegante color plomo, pantalón de vestir negro y zapatos  que combinaban con melón y el plomo, parecía una pintura al oleo de Bob Atroz jajajajja.

-Tengo  veinte años de edad, y no se preocupe, la pregunta ya fue formulada y respondida así que ¿Ya no me llevará a conocer lugares de España?-  (soy sarcástica)
-Yo podría hacer eso pero con permiso de tus padres- (de pronto se me borró las ganas de sonreír)
-Ellos no están aquí, ellos… están de viaje pero no regresarán más, es un lugar donde usted por supuesto irá antes que yo alguna vez- (De lo malcriada a seria)
-Perdóname, no sabía, no quería…-
-No se preocupe Daniel, y por casualidad si no soy muy indiscreta, usted, ¿Cuántos años tiene?-
-Mmm a ver…- (Lo pensó muchos segundos mientras se tocaba la cien)
-Vamos, no hay nada de qué esconderse ¿O si?-
-Tengo cuarenta años de edad, pero esta semana cumplo cuarenta y uno, así que son casi cuarenta y un años de edad-
-¿Y por eso tanto misterio?-
-ja, ja, ja, al parecer la chica tímida de ayer, está haciendo que me vea como si yo fuera el tímido- (sonrió)
-No lo creo…- (Los ojos que vi ayer, hoy ya no los sentía, eran más amistosos esta vez)
-Sabe qué señorita, si aún gustas, vamos, voy a llevarte a un museo y luego a cenar. ¿Qué dices?-
-El señorío quítemelo que yo respondo con un claro que sí, muero de ganas por ir y conocer todos los museos que se me crucen en frente- (Mi personalidad cambiaba de nuevo como una niña a quién llevarían a un parque de diversiones y la razón era simplemente “el Arte”. Volví a imitar su acento por simpatía)

-Vamos, iremos en limusina-
-¿En una limusina? Que aburrido, mejor vamos en el metro, quiero conocer y ver lo que hacen otras personas por aquí- (seguía emocionada)
-¿Quieres ir en metro?, mmmf! está bien!- (Le disgustó un poco la idea pero al final cambió el gesto, ya no podía hacer nada ya que era la invitada)
-Gracias!- (respondí)

Fuimos al metro caminando y eso fue unas cinco a seis cuadras de dónde estábamos, teníamos que ir al subir, desde donde estábamos a unas cinco paraderos más adelante desde la estación de donde partimos, lo veía incómodo es que de verdad era notorio que hacía mucho que no viajaba en metro y yo como una niña disfrutaba del viaje, saludaba a todas las personas que pasaban frente a mí mientras el metro se movía a su destino final, desde ahora seré solo yo, no habrán actitudes malas u otras situaciones incómodas.

-¿No te agrada viajar en metro, verdad?- (Me miraba mientras tenía ese gesto sonriente)
-Bueno, hace mucho que no me subía a uno-
-Sí, puedo notarlo-

De pronto miró el celular, parece que le había llegado un mensaje  y su rosto se transformó de una forma espantosa.

-¿Qué ha pasado?- (Le dije preocupada)
Me quedó mirando como que si lo que veía era un monstruo horrible con los ojos abiertos casi a la exageración. Me puse delante de él, sentado con los codos sobre sus piernas y sus manos cubriendo su rostro del lamento que sentía, luego quité sus manos de su rostro y lo miré aún más preocupada.

-Hola!, si algo te está perturbando, entonces dime por favor!, que no puedo leer tu mente aunque quisiera, ¿Qué te molesta, ya te has arrepentido? Tú fuiste el que me invitó!- (Estaba dispuesta a enterarme de lo que pasaba)
-No, es que…-
-¿Tiene que ver con viajar en metro?-
-No… es que tú…-
-¿Soy yo, te caí espesa? Hombre, pero no te preocupes, ¿Puedes decirme algo, lo que sea?-
-Mmm…-
-Está bien, si no quieres decirme, bueno, te entenderé, sé que no soy una mujer de treinta años que busca un romance, o que quiera coquetear contigo, ¿Es eso, eso te molesta?- (Me ponía impaciente)
-Cuando te dije, bueno, no te dije en realidad que eres tú, lo que pasa es que me acabo de enterar que… ¿Eres nieta de doña Zoila Caver?- me sorprendí al escuchar eso.
-¿Qué, por qué, me estás investigando? ¿Qué pasa, piensas raptarme o algo por el estilo?... sí, ella es mi abuela de parte de padre, ¿Por qué?- (Me molesté y al mismo tiempo tenía  miedo)
-¡Que situación, Dios ME VA MATAR!- (lo dijo tan rápido como transformaba de nuevo su cara a espanto)
-¿Por qué te mataría Dios?- (Le dije sin saber aún qué pasaba)
-No Dios, Tu abuela me va a matar!-
-¿Y eso Por qué?-
-Hace un tiempo yo tuve algún problemilla con ella, un problemilla bastante grande como para matarme si te ve conmigo-
-No te preocupes, mi abuela es muy buena, un poco creída pero buena en el fondo, en fin, ¿Qué tiene que ver eso conmigo?-
-Eso!, Ojalá me perdone el haber salido contigo-
-Oh Vamos, no soy una niña de catorce años!-
-Ya lo noté, pero para ella debes ser una niña de dulces y juegos infantiles- (Lo decía siendo exagerado)
-Y a todo esto, ¿Quién te dijo que yo era su nieta?-
-Me mandaron desde hotel un mensaje para avisarme... Mi mejor amigo, uno de los trabajadores de administración...-
-¿Te mandaron un mensaje, y qué decía?-
-Un mensaje, me han contado en el mensaje que eres la nieta de Doña Zoila, solo eso-
-No te entiendo, vamos, dime, ¿cual es la molestia?-
-Tienes razón, cómo se enteraría ella? - se decía así mismo -No hay molestia, mmmmm... Olvida todo!, hoy será muy divertido! Cambiando de tema, ¿Eres de ir a museos?- (pronunció las palabras como en carreras de sílabas)
-Mucho, en cada país en que he estado- (No lo decía presumiendo, se lo decía como para que me entienda que el tema me interesaba)
-Oh, has viajado mucho, ¿A qué países?- (Me preguntaba curioso mientras prestaba interés)
-He estado en la mayor parte de América, en dominicana, panamá, puerto rico, Estados Unidos, argentina, chile, Perú, Antillas, Colombia, Guatemala  y aquí una que otra vez pero sólo en el hotel en que me hospedo y una playa que está a dos horas de ese lugar- (Le respondí)
-¿Así que eres una chica de mundo eh?- (Me lo dijo muy mal intencionado)
-Espera, espera, depende al mundo que te refieras eh!!!- (Se lo dije directo)
-Ajá!, ¿A qué mundo crees que me refiero según tu?- (Me estaba poniendo a prueba en aquella pregunta)
-Pues, no lo sé!, pensé en el mundo de profesores y profesores particulares, pues la vida de visitas y visitas al museo, sí, una a vida con varios amigos que me duran un año y cambio de nuevo a otra ciudad distinta, una vida de casas fuera de lo común, de distintas costumbres, de cientos de libros de Arte y literatura.-
-¿Y pensé que te gustaba ir a museos?-
-Yo no he dicho, ¡No me gusta!, no me quejo de eso ni de nada, solo te estoy tratando de explicar quién soy, y dónde crecí y qué conocí, una vida de la cual no me arrepiento, eso es lo que me decía mi padre, nadie debe de arrepentirse de lo que hace si lo que hace es bueno, y lamentablemente todo lo que he hecho es bueno y siempre me he quedado con las ganas de cometer alguna locura, puedo quejarme quizá de que por costumbre desee tantas cosas y que por costumbre al mismo tiempo deteste otras- (Le sonreí al finalizar)
-Ah, entiendo, me mataste es vivo y en directo, niña, ¡callao y debajo de la tierra Joooooo!… Mira ya casi llegamos, a que no habías visto algo tan hermoso, San Fernando, La tierra de José Monge Cruz, un grande en el Flamenco, el museo es muy interesante, te va a gustar!-
-José Monge… La venta Varga!!!, !Dios mío!... mi padre me enseñó a escuchar su música, tengo discos suyos que ahora he heredado- (Se lo dije con emoción)
-Vaya, sabes de música y de museos, ¿Qué es lo que una chica que me sorprende y es de tu edad no sabe?- (Me lo decía curioso mientras se detenía el metro y salíamos caminando fuera de la estación)

-Nunca se termina de aprender, yo particularmente considero que me falta mucho por conocer, no sé qué es trabajar y menos manejar altas cantidades de dinero, y pues no sé qué más… por ejemplo, no sabía que podía mantener una conversación con alguien como tú, me refiero a una conversación llena de muchas cosas, vamos, que no acabe de aburrirme como lo hacía mi padre que terminaba haciendo una lista de cosas para hacer y no hacer, y esas cosas me empujaron a preguntarme qué pasa con otros chicos de mi edad, todavía no puedo entender algunas cosas, como sus temas de conversación y prioridades, les importa menos su historia, no les importa su origen o rechazan su cultura, hablo de algunos, no les importa si aprenden algo nuevo, si se respetan, si saben que quieren lo que quieren, no les importa estudiar pero sí la diversión costosa como; drogas, alcohol, la mala televisión, esa que no sirve!, ¿Si me entiendes verdad?
Algunas veces pienso que mis padres sabían que se morirían jóvenes, como si me hubieran obligado de una buena manera a crecer rápido, que algún día como este me viera en apuros y tome conciencia de las cosas que tengo gracias a ellos, que valore tantas cosas que quizá otros no, no sé…me da mucho gusto creo- (Le respondí con pena y recordando a mis padres)

-Y a mí no sabes qué gusto me da escucharte hablar de esa manera, los jóvenes de ahora, es cierto, algunos no saben lo que quieren y la gran mayoría piensa y actúa como el vecino, pero tú, si no estuviera hablando con una joven de veinte años que al enseñarme de esa manera con pocas palabras como las que acabas de decir creería que tu mente no es de tu edad, personas como tú, que saben valorar lo que tienen. Mira, hace años, aproximadamente veinte años que no hablaba de estas cosas con alguien, esa persona era mi profesor de sociales.-  (Dijo)
-Já, ¿Entonces quieres decir que tengo que buscar y esperar después veinte años más para encontrar a alguien que hable como tu profesor?, ah bueno, ya no importa en realidad, porque en el colegio, en la universidad, los grupos de chicos siempre tienen de qué hablar, yo también tenía tema pero a ellos no les gustaba. Con ellos me aburría, ¿sabes?, mi salida siempre era ir a buscar a mis profesores para aprovechar el tiempo, me impresionaba mucho lo que podía aprender de ellos, les gustaba que yo pregunte así que yo lo hacía para  pasarlo genial!-

-Lo imaginaba, eres de esas chicas que busca los profesores para terminar la tarea lo más antes posible y tener tiempo de leer un libro nuevo de algún autor de escuela romántica- (sacó según él, MUCHA gracia)
-Ja,ja,ja, algo así, pero no tan exagerada como para buscar un profesor a cada momento, pero sí, soy muy cursi y sentimental, y tú eres una persona que sabe conversar- (Le dije admirada con el ego hasta los cielos ya que él solo me escuchaba)

 -Sí, conversar es mi segundo nombre, no, la verdad no mucho, sólo que me pareces interesante y lo interesante me agrada y lo que me agrada es algo bueno para mí- (Ayyyy, solo coqueteaba)
-Daniel, ¿Después de esta estación dónde iremos?- (Le pregunté de pronto para sacarlo de línea)
-Oh si, Israel debe de estar esperando afuera, iremos a ver la estatua de José Monge, y nos tomaremos muchas fotos-
-¿Quién es Israel?- Dije.
-Israel es mi chofer, ya me timbró así que debe estar afuera es donde nos dirigimos-
-Dale!, Estoy muy ansiosa por tomarme fotos con la estatua de José en San Fernando aunque para eso faltan horas, también quería decirte que me disculpes la actitud engreída de ayer, es que quería un poco de diversión así que se me ocurrió de pronto que.... Cuando llegaste ante mí tan, no sé, supuse en la forma que hablaste que no quería una amiga para… que te acompañe al museo- (Dudé en terminar lo que quería decir para ver si así entendía)
-Vaya, entiendo, eso era lo que no quería que recuerdes, la actitud de ayer, aunque traté de ser amable, ¿Te diste cuenta que estaba coqueteando contigo verdad?, olvidémoslo ya!, ahora seré el tío que nunca tuviste, ¿Qué dices?-
-Me parece estupendo Daniel!, además no es para tanto, no estaría aquí, con usted, conociendo todo esto si no fuera por la invitación que fue sugerida y aceptada.- (Mientras tanto subíamos a la limusina)

Cuando estábamos en la limusina me preguntó si deseaba escuchar alguna música en particular y le dije que sí, que cualquier melodía era buena, así que puso un disco del cual no vi la carátula, y fue entonces que me quedé paralizada con los primeros segundos de la primera pista.

-¿Eso es “Por una cabeza” de Carlos Gardel verdad?.- le dije con sorpresa.-
-Sí, es él, me impresionas cada vez con las cosas que sabes, es mi pista favorita, el tango al igual que el flamenco hace que al escuchar me relaje de tal manera que es lo que disfruto más en el momento, no importa lo que esté alrededor, es sublime escucharlo por los instrumentos maravillosos que se usan en él.-
-Que curioso, también es mi favorita, y también me gusta el tango, mi madre lo escuchaba mucho, y a mí me encantó apenas lo escuché, este tango es un clásico, en la mayoría de películas con tangos ha sido usada, por ejemplo, una de mis favoritas: “Entrapment” en 1999 con Sean Connery, hay un momento que la chica tararea este tango, o en la película “Mentiras verdaderas” con Arnol Suach… no puedo pronunciarlo ahora y menos podría escribirlo.-
- Ja, ja, ja, vale!, vale! Ya lo dije creo, tú si sabes de música y ahora de cine, Liliana, esa película es muy buena, una de las películas que hizo Sean después de haber salido con éxito de la saga del agente 007, es un tremendo actor ese Escocés!-
-No tanto, ya no me eches flores que lo creo y comenzaré a mirarte por encima de mi hombro ja,ja,ja ... Simplemente puede haber sido una casualidad lo del tango porque lo de José es obvio que te iba a gustar, eres español!.-
-Yo no creo en las casualidades, puede haberme gustado cualquier otro cantante de flamenco o algún guitarrista conocido, pero es justamente José Monge y Carlos Gardel que me encantan.-
-Ya lo sé, eso pronostica algo bueno, que nos llevaremos bien!-
-Oleeee!!!- (Reía al mismo tiempo que lo decía y tocaba el ritmo de una sevillana con mis palmas)

Y estaba ahí, frente a esos parlantes dentro de la limusina, escuchando esa canción, la última que mis padres bailaron unas semanas antes de morir en la reunión por el onomástico de mi padre, se quebraba mi voz, por que los veía bailar al mismo tiempo que cantaba con Daniel toda la letra.
Fuera de eso aún estaba sorprendida de aquella coincidencia, creía en ellas por alguna razón experimentada alguna vez en facebook, la chica que conocí en chat de literatura de Yahoo investigaba sobre mi cumpleaños, pero primero me dijo su edad, luego el mes y por último el día en que había nacido y curiosamente todo coincidía, la misma edad, el mismo mes y el mismo año y eso hizo que nos volvamos las mejores amigas en esa red social.
De inmediato llegamos al museo más grande que había visto hasta ahora, ni si quiera mi mente pudo construir algo tan complicado, era simplemente hermoso.

-Y ¿Qué te parece?, ¿Te gusta Liliana?.- (me preguntaba orgulloso frente al museo de San Fernando)
-Es fantástico, mola mucho! como dicen ustedes- (Lo dije sutilmente)
-Si, es bello, sobre todo porque es solo la entrada- (Como si hubiera sido un gran chiste)
-hay! Que mal sentido del humor tienes!- (susurré en voz baja)
-¿Dijiste algo?- (frunciendo el seño)
-Ah sí, que tienes un gran sentido del humor, eso dije.-

Al entrar vimos de todo, esculturas inmensas, pinturas, dibujos a mano con carboncillo, uso del collage, espatulado, cincelado, bordeado, dibujo con tinta, con oleo pastel, con acrílicos, arte abstracto, contemporáneo, arte vicentino, escudos y trajes de armaduras completas, espadas, pistolas de años y años de antigüedad, fue genial, realmente grandioso, por que se podía tomar fotos dentro, yo al menos me hice unas mil y Daniel una que otra más, posábamos juntos haciendo caras graciosas o caras con gestos de situaciones que inventábamos al ver que una imagen nos sorprendía, era obvio que a mí me salía mejor las caras, porque Daniel siempre ponía esa cara de estreñido o levantaba la ceja izquierda con posición de... sus brazos cruzados, esa parada a los 80s en la revista Gente.

Comimos helado, algodón dulce, un hot dog cada uno, pizza, casi estábamos reventando de gaseosa y caramelos de menta, era divertido ver que nos la pasamos bárbaro, hasta que sonó mi celular pero con esa gran emoción lo digo:“HASTA QUE SONÓ MI CELULAR”!!!

-Alto ahí, tío!- (Lo dije fuerte con tono de broma)
-Vale, Ahorita te doy tu tío, ya verás eh, voy a meter esto en tu gaseosa y comerás algodón dulce remojado- (Sonreía al mismo tiempo que yo contestaba el celular)
-Aló, si, ¿Con quién hablo?-
-¿Cómo que con quién hablo?, soy yo, tu abuela!-
-Ah!, hola abuela, ¿Cómo estás?, ¿Cómo ha estado tu día, y el abuelo?- (Se lo dije en tono burlón)
-Yo aquí, bien, hijita, de paseo disfrutando en las playas de Cancún!- (Me siguió la corriente)
-Hay que bueno abuela, ¿Y qué hay de nuevo en Cancún?-
-Ya no te hagas la payasa que para payasos bien le salía a tu padre que en paz descanse-
-Amén abuela!-
¿Dónde estás y con quién muchachita del demonio, la madre que te parió? Me vas a causar una gracia de esas que terminan en bypass- (muyyyyyy molesta)
-Estoy en el museo, había salido a dar una vuelta para conocer, no quise molestar en la mañana por que cuando desperté aún estabas durmiendo como para avisar que salía, abuela- (Le respondía a mi abuela, miraba a Daniel que seguía tomando fotos a las pinturas, al algodón que sumergió en mi gaseosa y a mí hablando por celular, hasta que se cansó y se puso a mi costado)
-¿Y eso por qué niña?, me vas a matar de un susto, eso si no te mato antes a ti- (Lo dijo en tono burlón)
-Abuela, estoy bien, dentro de un momento iré a cenar, pero si quieres puedo ir para hacerte compañía-
-No hija, no te preocupes, ve a socializar un rato, que yo aquí cenaré con tu ya sabes quién-
-Lo sé abuela, lo sé, entonces nos vemos más tarde- (Le dije aliviada al pensar que se había olvidado de las preguntas que me hizo de “Dónde” y “con Quién”)
-Anda niña, quédate todo lo que quieras, ya mañana nos vemos, después de la cena tú sabes que me echo adormir y después no me levanta nadie, ya no soy tan joven como antes, hija, ya tengo muchos años encima y paro duerme que te duerme en cada rincón, en cada rincón lelelereile-lele-
-Oleeee, así se canta abuela!-
-Mucha gracia, ya, basta de cositas conmigo…-
-Abuela, eso no lo sabía, y no tiene de nada de malo dormir una que otra vez, abuelita, está bien, cuídate, nos vemos!- (Se lo dije tan rápido que pensé que me libraría de las preguntas)
-Espera Guapa!, ¿Que creísteis, que te escaparías de la segunda pregunta que os hice?-
-Abuela, ¿Cuál fue?- (Me hacía la distraída mientras que recordaba lo que dijo Daniel)
-¿Con quién estáis?-
-Ahora te digo abuela- (Pasé saliva tres veces antes de decírselo, pero lo haría tan rápido que no se iba a dar cuenta)
-Ya, niña!, ¿Qué esperas?-
-Con Daniel de La barca abuela, ahora si, descansa tranquila abuela!-
-¿Con Daniel de la qué?, ¿Que estoy tranquila?, Válgame Dios, joer!!!-
-De la barca abuela- (Se lo repetí mientras veía a Daniel que se tocaba la cabeza tal cual le hubiera venido un dolor frontal y repetía, Me va matar!, me va matar!, parecía que estaba en misa confesando sus faltas, la parte en que uno repite: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa)
-¿Cuál es el problema abuela?, No entiendo la desesperación de tu voz!-
-¿Que no entiendes?, hay por Dios, no puedo creerlo, hay millones de españoles con lo cuales puedes salir, ¿Por qué es justamente él la persona que te acompaña?, válgame a don diablo, pásame con él de inmediato que aquí no le vendrá mal una que otra verdad!-
-Pero explícame abuela, dime que no entiendo nada.- (Le dije exigiendo una respuesta que no me dio)
-Que me pases con él, niña, Me cago en la ma… que lo parió!!!- (Me gritaba a todo pulmón y no me extrañaba que Daniel pudiera oír desde donde estaba, terminé por darle el celular)
-Hola Doña Zoila, ¿cómo está?- (Daniel La saludó muy despacio y alejó el celular a casi un metro de su oreja, yo podía escuchar desde donde estaba parada)
-Eres un ·”gili%54·$·&%·&$·$”2”!”·=)(=/&%$ cuándo será posible que dejes de molestar, canalla!,$%”$·$”%$”%, dime!, /pedazo de  %·$&$&%·%$(%·(&$&$%$·%$·”·”··%$·”·&/()##@|¬€€#@-
-Creo que tienes que hablar con ella, a mí no me va escuchar- (Lo dijo en medio del escándalo que hacía mi abuela, que más que hablar exponía bellas y delicadas palabras al aire)
-Abuela, escúchame!, soy Liliana, abuela, abuela escúchame!, ¿Abuela?.- (No se escuchaba nada)
Se escuchó un grito y personas corriendo cerca del móvil que usaba mi abuela.
-Aló abuela, Abuela!.-
-Aló si, creo que su abuela ha sufrido un desmallo.- (Me contestó una mujer, supuse que era Laura, la asistenta de imagen, márquetin y publicidad del hotel)
-¿Qué acabas de decir?- (Le dije preocupada a la Laura)


Después de aquel día, el cielo se me vino encima de nuevo, puedo narrar la historia así: Un hospital, cinco días de cuidados intensivos, cinco días de alta en la suite de mi abuela, otros tres días de internada, un sepelio; un velorio y yo me quedaba con “todo y nada”; Los hoteles de mi abuela, las pequeñas tiendas en línea y ni un familiar en esta hermosa vida, completamente sola ese es el “Todo” con lo que la vida me cacheteaba.
Tengo miedo me repetía una y otra vez,  no sé que hacer, me siento fatal, con muchas ganas de morir, estaba sintiendo este miedo, el miedo que se compara con el sentimiento más infernal del cuerpo humano, el más doloroso, el miedo que sentía antes con la muerte de mis padres lo volví a sentir pero esta vez multiplicado por mil, sentía que me aplastaban contra el piso, que mi corazón se rompía, que el alma se iba de mi cuerpo, un dolor tan rudo, que un balazo o morir quemada no era nada, esto era “la gran desgracia”.
Ya había pasado casi un mes desde que fui al cementerio y presencié el entierro del último familiar que me quedaba en esta genial vida que tenía,   ¿Se imaginan?, un funeral con personas que trabajan en el hotel, personas desconocidas, y en los asientos de familiares verte sola y desesperada sin poder creer lo que pasaba, a mi abuela se la llevó un ataque al corazón, nunca me dijo qué le hizo Daniel de la Barca como para enfermar de esa manera al enterarse que había salido conmigo.

Me encargaría de todo ahora, ¿Podría hacerlo?, es una pregunta graciosa.
Hablé con Francisco, mi abuelo, o mejor dicho el que fue novio de mi abuela, aceptó la propuesta de seguir como principal administrador de los hoteles, él era una buena persona, de esas personas en las que podías confiar, ayudó a levantar muchos edificios, además de ser una persona adulta, era mayor que mi abuela y tenía conocimientos sobre administración y lo que sea, con eso me quité un gran peso de encima.

Estuve pensando en Daniel, y en el por qué sucedieron estas cosas, no tengo el número de su celular, no sé si aún estaba hospedado en el hotel, y eso era otra pregunta que me hacía, ¿Cómo se hospedaba en el hotel y mi abuela no le decía nada?. No quiero odiarlo por la muerte de mi abuela, eso sería culparlo de algo que no tenía lógica para mí, me muero de ganas por saber la historia.

Fueron estos motivos, los de hacerme cargo de todo, tuve que cambiar mi forma de vestir para reuniones aburridas del hotel, casi todos los días venían a mí compradores o vendedores de servicios, que yo tenía que aprender a escuchar pero se me complicaba, no tenía ni idea de lo que hacía, Francisco me explicaba algunas cosas aunque él solo era el administrador, lamentablemente la empresa ahora estaba a mi nombre era la única representante oficial.

Un día más y decidí salir de mi prisión de cuatro paredes, para buscar a Daniel y preguntarle sobre lo que había sucedido, ya estaba por salir y tocan la puerta de mi suite.

-¿Quién es?... Ya salgo, un momento-


-Soy Yo, Daniel de la Barca.- (Lo dijo sin prepararme, mis piernas se clavaron en el suelo, no podía moverlas, sin salir a buscarlo había llegado a mí, ¿Con qué motivo? Me preguntaba)
-Oh, eres tú!  Un momento por favor, ya te abro.-
-No te preocupes Liliana, demórate lo que quieras.- (Cuando terminó de hablar abrí la puerta)
-Hola Daniel, ¿Cómo estás?, es una sorpresa, Créeme!.-
-Yo, no estoy muy bien, Liliana, estoy apenado por lo sucedido con lo de tu abuela, no quise ocasionar algún problema, no tenía intensión de nada, no debimos salir juntos, vine aquí a contarte todo para que entiendas por qué está molesta tu abuela, y al mismo tiempo comprendas que ella no tenía motivo para odiarme como lo hacía.-

-Bueno, te escucho.- (Le cedí el tiempo y así  comencé a escuchar)

-Hace un tiempo, mucho tiempo atrás, mi padre salía con tu abuela, se amaron mucho, se casaron  y al cabo de unos meses después de casados él muere, la relación de ellos duró dos años, Doña Zoila fue la única familia que tenía aunque no era mi sangre y durante esos dos años fui otro hijo para ella, era muy cariñosa conmigo y yo la quería tanto, hasta ahora la quiero. Mi padre era el dueño de la empresa de cigarrillos, la que manejo ahora,  cuando ellos se casaron la empresa estaba a nombre de los dos, pero cuando mi padre murió, Doña Zoila me dio la propiedad completa de ella, decía que era mío, que no dispondría de nada por que ya estaba ocupada con sus hoteles, ¿y sabes que más hizo tu abuela por mí?; cuando la empresa de cigarrillos estaba por quebrar, ella regaló las ganancias de dos hoteles durante un año, y sería yo quién administraría ese dinero  para así ayudar a que la empresa de cigarrillos siguiera en pie, se lo agradecí tanto, que mi trabajo lo hice mejor que bien y gané más de lo que normalmente ganaban esos dos hoteles, y tu abuela confió en mí, sería yo el que administraría todos los hoteles, ella me encargó que abriera una sucursal en USA. Fue entonces que me mandó con una gran suma de dinero,  mucho dinero en realidad, pero antes contacté con las personas que me ayudarían en esto y fui desgraciadamente estafado al llegar, me robaron, me metieron preso por sospechas pero luego salí por falta de pruebas en tres meses, ¿Puedes creer eso?, la policía de USA me metió  preso a mí cuando fui yo quién puso la denuncia, nunca me devolvieron nada, el dinero lo perdí por completo y cuando regresé a casa para hablar con Doña Zoila, ella dudaba de mi, y dijo que no volvería a ayudarme nunca más, pero aún manteníamos contacto familiar. Pasó un buen tiempo más y las empresas de cigarros volvió a caer en depresión, así que volví a pedirle ayuda y cuando ella estaba a punto de dármela, en las oficinas de la empresa, las administrativas y pertenencias que habían sido de mi padre, los detectives de alguna agencia policial encontraron rastros de posibles ventas de armas ilegales, narcotráfico y lavado de dinero, mi padre no solo era sospechoso, era el responsable, era el jefe, yo no tenía idea de aquella vida que habría llevado mi padre, vamos!!!, que me la pasaba estudiando siempre. 
Yo  terminé mi carrera de administración de empresas a temprana edad, y luego me dediqué a especializarme en lo mío, como mi padre me daba todo no tenía de qué preocuparme, tu abuela se enteró, Liliana, lo que se armó en ese momento, fue espantoso!, Zoila se decepcionó de mi padre que ya hacia muerto y de mí al pensar que era como él, me llamó ladrón, mafioso y deseó que me muera igual que mi padre, desde ahí traté de explicarle que no sabía nada, nunca supe nada lo juro (Se quebró su voz). 
Había ganado el caso de la estafa en USA y la gran parte del dinero perdido había sido recuperado, un abogado me acompañó siempre para hablar con Doña Zoila, el abogado era estadounidense, y ella no nos atendía, hasta que conoció a tu nuevo abuelo, entonces cuando quería buscarla él me amenazaba y me advertía si es que le hacía algo a tu abuela, pero él comprendió después que lo que yo decía era verdad, a él le mostré todos los papeles, después de una semana lo reuní con los abogados y finalmente él habló con tu abuela que me mandó una carta diciendo; "Perdonadme las ofensas", puedes hospedarte todas las veces que quieras en los hoteles sin pagar, que era su hijo aunque el hombre con el que se había casado había dejado de ser su esposo. Aún después de aquello seguía maldiciéndolo y me lo repetía siempre, pero nunca personalmente. Las cosas nunca fueron como antes, pero por lo menos podía verla algunas veces, como en las reuniones de navidad en algún hotel, o las de año nuevo. Y esto pasó Liliana, comencé a sentir que aún me quería o me llamaría hijo de nuevo, pero ese día por el celular cuando le mencionaste mi nombre me hizo ver que no me quiso nada, que traía consigo el rencor por lo de mi padre, algo del cual no tenía nada que ver. Yo no quería hacerle daño, Liliana, no quería que esto acabase así, por eso la buscaba, por eso quería estar cerca de ella, aunque ella me haya rechazado siempre.-

Cuando terminó de hablar sus ojos estaban llenos de lágrimas, escuchar a ese hombre quebrarse frente a mi, me daba pena, me contagiaba el llanto escuchar esa voz gruesa que se apagaba algunas veces, me impresionó y terminé por desahogarme, ahí deteniendo su cabeza en mi hombro como la detiene una hermana a su hermano escuchando sus angustias, toda esa situación fue tan patética que hasta ahora no puedo olvidarla.

Por mi cabeza pasaron tantas cosas, yo había creído cada palabra que salía de su boca, y le hablé:

-No tengo ningún inconveniente contigo Daniel, y creo en todo lo que me has dicho, podrás venir  las veces que quieras y quedarte en el hotel, no tengo que perdonarte nada, y agradezco que me contaras todo.- (Se lo decía mientras secaba mis lágrimas rápidamente para que no notara que estaba llorando)

-Gracias por atenderme, me gustaría que esta no sea la última vez que te vea y hablemos, quisiera que me consideraras de tu familia para salir como aquella vez que la pasamos bien,  yo como veis no tengo a nadie, ¿Un amigo, Qué dices?- (Lo decía con la nariz tupida, un llanto grave pausado, él era un hombre extremadamente sentimental o quizá hasta entonces soltaba todo lo que guardaba dentro como si se hubiera aguantado tantas penas de años y años, me identificaba con el momento, con sus sentimientos porque al igual que yo no tenía a nadie)

-Claro que si, cuando quieras.- (Dije regalándole una sonrisa)
-Gracias, Hasta pronto Liliana-
-Hasta pronto Daniel- (Se marchó con el pañuelo en el rostro, la espalda erguida, botando el aire que aspiraba toscamente para sacarse el nudo que queda después de llorar tanto y con los ojos completamente hinchados)

Así terminó el día junto con todas las cosas que tenía que aclarar en el futuro, pensaba que quizá me convenía conocer más de él, no dudaba de lo dicho solo que sentía que debí haberle hecho alguna pregunta. ¿Cuál?, No tenía ni la mínima idea.



(Marzo 2009,  para ese diario azul)


@BetsyMJAPCF

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