(Virlux 2013)
He tenido que cargar durante todo el día
desde la ferretería que queda a cinco calles de mi casa, cuatro botellas de
thinner acrílico, cuatro botellas de alcohol y tres pomos medianos de acetona porque el señor Lux me esperaba triste, enojado y desesperado en la ducha de
mi cuarto de baño, a muchas personas les parecería
desagradable la idea de tener a un desconocido en su bañera, y es que en este caso la culpa ha sido mía por no tener cuidado, ya no quiero volver a pensarlo, no lo haré de nuevo, no volveré a cargar tanto peso más aún si estoy tan cansada pero dándole un gran "EXTRA" a esto, "No llevar cosas en las manos si no sabes qué podrías encontrar en tu habitación a plena luz del día".
desagradable la idea de tener a un desconocido en su bañera, y es que en este caso la culpa ha sido mía por no tener cuidado, ya no quiero volver a pensarlo, no lo haré de nuevo, no volveré a cargar tanto peso más aún si estoy tan cansada pero dándole un gran "EXTRA" a esto, "No llevar cosas en las manos si no sabes qué podrías encontrar en tu habitación a plena luz del día".
Míra ángel de mi guarda me toca usar esta gasa en la ceja
por el corte del golpe que me imagino debió ser brutal por los aún constantes y
ligeros dolores de cabeza al despertar. Definitivamente no puedo creer que esté pasando esto.
Abrí la puerta con mucho cuidado, metí
los pomos que dejé afuera de la habitación, y comencé a ver alrededor tratando de ver más allá del sentido y mi cerebro.
-¿Señor Lux, aún está en el baño?- Lo dije bajito.
-Sí, aquí estoy, tráeme el thinner
acrílico o lo que mencionaste me ayudará a quitarme la pintura de encima, por
favor.-
-Señor Lux, la idea que tengo es de
ponerlo a remojar un momento en la bañera con estos productos, pero pensándolo
bien no creo que le haga bien a usted tener la piel expuesta tanto tiempo y en
contacto con los líquidos, pienso de nuevo, creo que sería peligroso, ¿Tiene
alguna idea?-
-Antes que avancemos en esta conversación
mientras fingimos que no está pasando nada, te pediría por favor que no me
digas “Señor Lux”, dime “Virlux” simplemente porque suena más informal la manera
que utilizas al dirigirte a mí, además puedes continuar si deseas con esa media
oración que hace notar el que me tengas confianza, la que no te he dado pero
creo que es conveniente ya que he pasado mucho tiempo en tu habitación, y sobre
lo de remojarme en thinner me parece una pésima, estúpida y poco ingeniosa
idea, recalco sin ofender, no tengo nada personal contra ti solo que no soy ni tela y
mucho menos plástico.
Mmm bien, veamos, ahora utilizaré algo que
absorba un poco de líquido y pueda quitarme la pintura con suavidad sobre la
superficie delicada de mi piel.- (Buscaba desesperado en la repisa y el botiquín del baño, yo podía ver como se movían las puertas y los objetos frente a mis ojos)
-Está bien “Virlux”, solo era una idea no estaba jugando, y además no quiero que te quedes un día más en mi habitación
ya que no me siento segura. Traeré un poco de tela del ático, mientras
tanto puedes ir usando estos paños para limpiar el mármol del lavabo, ¡Oh y no
te preocupes están nuevos!
Utiliza el T.A. También tengo este pomo
de acetona, alcohol, tú mira si te sirve ya vengo.-
-¡Espera no me dejes todo el trabajo a
mí! Mientras me limpio el brazo tú me limpias la pierna y el pie, hay que
construir un buen equipo de “ayuden al simio” ¿Está bien? ¡Por favor!-
(Finalizó con una petición que de haberle visto la cara hubiera pensado que
estaba de rodillas suplicando)
-Mira sí que eres extraño, en un momento te luces de
ser superior con tu forma de hablar, me insultas, me gritas y luego bajas la
voz como un gato en canasta que quiere que lo recojan.-
-¡Por favor!- (Dice de nuevo)
-Jajaja,
me causa risa el imaginar qué cara estás poniendo al decirme así, de
verdad puedo imaginármelo. !Está bien, préstame tu extremidad!- Tengo que admitir que lo dije con asco.
-¡Por favor ten mucho cuidado!- Me estiró la pierna hasta que al fin pude sentirla con la extensión de mis brazos, era tan desagradable y olía a mentol.
-Lo tendré, no te preocupes- Dije resignada.
Tomé el pomo de alcohol, luego el pomo de
acetona, y finalmente el de thinner, mojé un poco de alcohol en el paño de
limpiar, acerqué el paño a la pierna pero antes tuve que sujetarla, lo acerqué
un poco más y lo toqué con tan solo una punta de la tela.
-¿Te duele, te arde, te da comezón?-
(Le dije para cerciorarme que no le haga daño)
-No, no tengo síntoma alguno-
-Seguiré entonces-
Ya había puesto todo el paño de limpiar
sobre la pierna y frotaba despacio sobre la pintura para tener la suerte de que
saliera con facilidad, y no, no salía, tenía que frotar muy fuerte pero a él no le
gustaba, mientras seguía intentando sacar milímetros de pintura que ya
estaba seca en la piel, veía que él se frotaba la piel del brazo con otro poco
de tela del paño mojado en alcohol. El trapo flotaba sobre su extremidad y mi
impresión a través del sentido de la vista no lo aceptaba como posible, lo que
me hacía distraerme y quedarme viendo hacerlo una y otra vez, él llamaba mi
atención con alguna inquietante voz desesperada y yo seguía en mi
trabajo arduo de frotación con el trapo.
Al pasar casi media hora solo había
retirado un diez por ciento de pintura, después intenté usar el thinner, mojé
una punta con un poco y lo acerqué a su piel y él retrocedió.
-¡Nooo, eso noo, dueleeeee, no me lo acerques!-
-Pero con esto es posible que salga,
intenta aguantar un poco- Dije rendida
-Está bien, pero cuando lo acercaste me empezó a arder los ojos y la piel- Me habló preocupado.
Tomé de nuevo la tela y lo acerqué más,
lo puse sobre la piel y froté en línea recta hacia abajo sobre la pintura lo que
hizo que salga con facilidad pero él gritó de nuevo.
-¡Noooo, No, Nooo, duele, me está
doliendo! ¡Agua, agua!-
-¡Abre la ducha, rápido!-
-¿Dónde está, cómo la abro?, ¡Ouch
Ardeeee!-
-¡Ahí detrás de ti, rápido!-
-¿Quieres agua caliente o fría?-
-¡!Por favor!!-
-Sí sí, el botón azul- (Dije asustada)
Presionó el botón azul empezó a salir de lo que vendría ser su
rostro, gotas que identifiqué como lágrimas, luego estas desaparecieron cuando
se combinaron con el agua fría, el agua al recorrer su piel hacía visible por
momentos la superficie de su cuerpo, era impresionante ver y no ver su extremidad
inferior.
Después de casi un minuto apagó el agua
con el mismo botón azul.
-¿Ya te sientes mejor?-
-Sí, mira, estaba quemando mi piel.-
La parte libre de pintura que dejó el
thinner estaba rosa, casi enrojecida, me preocupé por haber herido gravemente
su piel.
-Huy, te he quemado, disculpa no tuve intención de lastimarte-
-No te preocupes, la piel se restaurará
en menos de un día-
-Vi que llorabas, ¿Sí te dolió?-
-Mucho, no había sentido un dolor físico
tan espantoso y si lloraba era que mis ojos estaban irritados por el olor que
emanaba ese líquido despinta esmalte.-
-Ayyy, hombre tenías que ser-
-Del género masculino dirás, yo no soy hombre y si lloro de dolor no lo negaría porque
puedo expresar perfectamente mis sentimientos igual que tú y si tengo que
llorar por algo es por lo que me está pasando, todo por venir a verte un día, todo por querer tener...- De pronto interrumpió.
-Entonces aceptas la culpa, ¡Vayaaaa, me
parece bien! porque yo pido disculpas por haber marcado así tu cuerpo con esas
pinturas acrílicas y ahora por haberte arruinado la piel de la pierna, lo
siento de verdad lo siento-
-Ya olvídalo, lamentarse es una mala
forma de perder el tiempo.- Usó una voz muy agresiva.
-¡Ouchhh!, me duele esta herida.- Me toqué
la ceja cuando sentí un hincón en esa zona de la cien.
-No la toques, ya sanará y más rápido de
lo que piensas, ah por cierto, pido disculpas por tocarte esa tarde- Dijo con miedo.
Me levanté, me senté encima de la tapa
del váter mientras de pronto puse mucha atención para saber a lo que se refería
pero antes le dije unas cuantas cosas.
-No te preocupes, ya sé que a veces
reaccionas como una bestia salvaje, no hay problema, el moretón de mi cuello ya
casi no está.-
-No me refería a eso, también pido
disculpas por ese reciente acontecimiento y mala práctica de mi fuerza física,
me refería a que en aquel momento que desmayaste y las latas de pintura cayeron
sobre mí… Al despertar vi que caías de
nuevo inconsciente pero hacia atrás entonces te sujeté antes de que golpearas
el suelo de nuevo ya que algo así hubiera podido dejarte muy mal, recuerdo que te
sujeté del cuello y de la cintura, tomé tus brazos, te cargué y te recosté en
el suelo, luego revisé el corte de la ceja, lo limpié y le puse un poco de aloe
vera para que seque y sane más rápido.-
-¡Oh Dios, gracias, gracias, gracias!-
-¿Gracias a mí o gracias a Dios?-
-Gracias a ti, porque me evitaste puntos
en la ceja, el doctor estaba tomando en cuenta que debía cocer la herida, pero
ahora que veo el golpe no está tan mal que digamos y empieza a cicatrizar la herida
que lamentablemente explotó al tocar el suelo, ¡Muchas gracias Virlux!-
-No me las des, si morías tendría que
llevarte ante mi familia y aceptar que maté a un humano de por vida me sería
muy difícil e incluso me hubieran podido mandar a matar lentamente expuesto al
sol y eso te digo francamente es una muerte que no le recomiendo a ningún
Virlux.
No puedo alterar la vida, si te he
amenazado antes solo ha sido vanas palabras yo no puedo quitarte la vida y
tampoco puedo tocarte ya que la grasa y el sudor que expide tu piel puede
contagiarme con bacterias a las que se expone mi sentido del tacto. Me disculpo
de nuevo, no volverá a pasar.-
-Sí, entiendo, ya estaba esperando algo
como esa última parte de tu explicación. Sabes, pero ya me has tocado muchas veces, ¿Cómo sabes que no tienes
gripe o hepatitis B?
De todos modos gracias.-
-¿Qué? ¿Qué es eso?-
-Es broma, es broma además los síntomas
aparecen después de cuatro a cinco días-
-¡No me agradas!- Me dijo con una sinceridad
exagerada.
-¡Gracias Virlux, tú a mí tampoco!-
-¡Bien!- Dijo molesto.
-¡Pues Bien!- Dije tranquila.
De pronto un silencio de no saber qué
hacer nos dejó callados por más de dos minutos, luego...
-¿Y ahora qué harás? No puedes andar así por la calle con una
mano, una pierna y un pie de color sin que se vea otras partes de tu cuerpo-
-No, no podré-
Guardamos silencio y comenzamos a pensar,
de pronto…
-¿Vicky, con quién hablas?- (mi papá abre
la puerta despacio y Virlux se mete con mucha velocidad debajo de mi cama,
mientras yo tiraba las cubrecamas y sábanas al suelo a propósito)
-Estaba recitando un poema al conflicto
de la contaminación ambiental, papá-
-¿Cómo va eso, amor?- Mi padre me habló confundido.
-Justo eso papá, que no tengo idea de
cómo comenzar-
-¿Por qué no comienza con algo como
“Mientras más discos piratas se venden, más peces mueren en el río”?-
-¿Te refieres a la competencia publicitaria, a las ventas, a los piratas o el comercio en general? Yo la verdad no soy una experta como tú papá y déjame
decirte que he leído unos cuantos libros y... Vaya, no veo qué tiene que ver los discos piratas con los peces.
-¿CÓMO QUE NO?- Virlux se mete a la
conversación sin permiso usando su horrenda voz.
-"Cof Cof", huy creo que estoy enfermando
papá- Aclaré la garganta tosiendo onomatopéyicamente delicada para tratar así de despistarlo.
-¡Huy sí amor, qué fea voz te salió, me
asustaste! … Bueno también lo justifica el que estés creciendo y la voz se pone
más gruesa-
-Cierto papá, cierto, vez que siempre
sabes. ¡Shhhh no te metas tonto!- Le susurré la última parte a Virlux que se
escondía debajo de la cama.
-¡Mmm ajá señorita! ¿A quién escondes
debajo de la cama?-
-A nadie papá-
-¡Vicky no mientas!-
-Nadie papá-
De pronto se asoma por debajo de la cama
y la cara se le transforma.
-Vicky, ¿No te da vergüenza hija?-
-¿Qué pasó papá?- Mi corazón estaba muy
acelerado.
-¿Qué, hasta en las sábanas tienes que
tener de adorno partes del cuerpo humano? De verdad que no se puede con ese
fanatismo tuyo y además tu madre te lo consiente-
-¿Qué tiene de malo papá?- Pasé saliva
mientras que por dentro los nervios de mi cuerpo gritaban un gran “UFFF”
-Nada olvídalo, trata de dormir, te
echaré el ojo de vez en cuando en la madrugada, así me lo ha pedido el doctor-
-¿No me digas que te quedarás de nuevo
despierto?-
-Sí, no me queda de otra ya que el
trabajo me lo exige-
-¡MENTIRA!- Se metió Virlux de nuevo.
Cuando mi papá ya hacía dándome la
espalda, viró con exaltación mientras dijo:
-¿Me decías, hija?-
-Nada papá, nada, anda tranquilo-
-Mmm huummm sí, hasta mañana pequeña-
-Hasta mañana-
Volteé y me incliné por debajo de la cama
-Ahora… sí tú, el de las extremidades
primavera, te hablo a ti, ¿Quién te da derecho a arriesgar mi vida con esa
horrible voz que tienes?
-Yo solo estaba pensando en alto (De
pronto hizo aparecer sus grandes ojos frente a mi rostro) ¡Caya! que en estos
momentos no estás en condición de mostrar quién eres- (Me caí de la cama por el
susto y ese “caya” fue más el grito de espanto de verle de nuevo la cara)
-Jajaja- Se rió de mí
-¡Tonto!- Dije molesta.
Esa noche la pasó en el suelo, ¡Qué extraño!
ya no tenía miedo de buscar bajo la cama ya que conocía al monstruo que ya
hacía durmiendo ahí.
***
-Buenos días, no salió el sol así que es
probable que la sensación térmica sea baja, se recomienda en estos casos
abrigarse con piel gruesa o en tu caso ropa sintética-
-Oh, muchas gracias… Vaya, ohhhhh vayaaaaa
¿Qué te has hecho?-
Me alejé un momento hacia atrás mientras
lo miraba de pies a cabeza, me puse muy nerviosa porque la presencia que tenía
era tan desagradable que no podía aguantar verlo
-¿Qué, qué?-
-La próxima avísame que estás así,
piensas que estás en tu casa y la gente te saludará con normalidad, pero no,
estás en mi habitación y créeme, no había visto cosa parecida con anterioridad.
¡Dios, casi me da un ataque! con esa piel inestable de color no definido, tu
rostro, tu cabeza, solo tus ojos parecen bonitos y al mismo tiempo hacen que
todo mi cuerpo tiemble de miedo, son grandes, profundos, son espeluznantes, créeme.
Si pudiera pedirte un favor ese sería el
que no te muestres así, es más sencillo cuando solo puedo escucharte.-
Su piel parecía moverse constantemente,
el color se agitaba y cambiaba al mismo tiempo que respiraba, de su cabeza
salía una protuberancia, sería imprudente llamarle tal descripción que comparaba
mi mente con la de un animal de corral, sus ojos eran como dos grandes hoyos
azules con agua marina que no se vaciaban y se quedaban inertes sobre sus
monumentales párpados de piel camaleónica, si pudiera verlo mi madre, es
posible que pueda confundirlo con un demonio del mar, sus cejas, pestañas,
cabello, el pelo que tenía en la barbilla eran de color blanco, la forma de las
cejas formaban una impresión de maldad intencional. Su mirada, su mirada podía
absorber todo lo que había en la habitación, podía absorber posiblemente las
mentes y consumirlas lentamente. No tenía arrugas, su piel era tersa y se veía
tan suave pero no, no era así, ya que he tocado su piel y no es muy agradable
al tacto, podría definirse como áspera y pegajosa.
-Perdóname sapiens, de su veleidad física
notable, para aquellos que piensen que son hermosos solo por pertenecer a su
especie, acuérdense que son primates también y que algunos, hay algunos que
consideran su real imagen blanca como grotescamente oscura. En conclusión, a mí
me pareces desagradable con ese cabello largo y negro y… Lo más imprescindible
es que no importa lo que diga un simple Virlux como yo, pero sí te aseguro que
al menos yo puedo perderme en el ambiente si así lo quiero, pero tú cuando te
miras frente al espejo ni pidiendo un deseo-
-Vaya, eso sí fue golpeante. Lo que
trataba de decir es que aún no me he acostumbrado a verte con los ojos-
-Haces muy complicada una oración tan
simple, no te fijes y listo-
-¡Olvídalo ya!-
-¿Cómo?- Lo dijo sorprendido.
-Pues así como dices muy simple porque…
Jejeje, jejeje, jejeje, ¡Qué cara tienes!-
-¿Qué pasa?- Sus cejas bajaban hacia los
lados de cada ojos, le daban una expresión tierna, casi como la de una mascota
extraterrestre.
-Jejeje, jejeje, jejeje, de pronto preguntas
y tienes esa cara graciosa, aparentemente tierna al mismo tiempo… Si te miraras
jejeje, jejeje, jejeje-
-¿Cómo, qué cara, qué pasa?-
-¡Mírate aquí! Jejeje, jejeje-
Le mostré el espejo que tenía en el cajón
donde guardo los ganchos de cabello. Cuando se vio por más que se miró con la
misma cara de confusión no pudo darse cuenta a qué me refería, entonces así, a
través del espejo me miró pero primero llamó mi atención con una voz muy fuerte
y agresiva.
-¿Ves en esta cara una expresión tierna y
graciosa?-
-A ver, ¡Madre mía! - Cerré los ojos. -!Ahora la has puesto horrible!- Me volteé y me comí los nervios que me dejó el mirarlo, pero me hice la dura
al hablarle así porque me causó miedo nuevamente.
-No perdamos más el tiempo, tengo que
acabar de quitar esta pintura, llevarme lo que necesito e irme para no volver
más a pisar este suelo infértil-
-¿Cuál es tu problema? Ni si quiera creo
que te escuchas cuando hablas, estás hablando de este lugar, mí lugar, mí
hogar. ¡Extraño, eres un completo extraño!
No deberías quejarte luz o no luz en ti,
¡Solo cállate!- Estaba molesta y confusa mientras le hablé así, tan fastidiada
y triste.
Le ayudé a lavarse con alcohol nuevamente,
traje agua caliente para poder poner blanda la pintura que ya hacía seca en su
piel, usé jabón, jabón de cabello, usé casi todo lo aparentemente más suave
para no volver a lastimarlo. Ahora creo también haber usado lavavajillas
jejeje, pero no importó todo lo que usé, no pude sacarle esa pintura de la piel,
lo único que pasaba es que cada vez se achicaban las manchas pero no tan rápido
como queríamos.
Nuestra sala de operaciones fue de nuevo
la bañera, me sentía fregadora de lunas afuera de un restaurante chino, con el
cabello tapado, esta vez con guantes y con una bolsa blanca en la cabeza, él me
obligó a ponerme todas esas cosas con la escusa de que podría contaminarlo, no
podía creerlo, no podía creer que estuviera ayudando a este ser extraño. Virlux
se sentía en una sala de emergencias tan preocupado con el avance del
tratamiento, yo me sentía humillada por las palabras que él usaba en mí, luego
me puse a pensar que las consecuencias de todo lo que había pasado no solo era
mi culpa, no quería estar más esclava de su humanidad o que diga de su “Virsulidad”.
-¡Es suficiente por hoy!- Dije seria.
-Está bien, solo falta un poco más y no
tendré que venir a tu alcoba de nuevo si tú lo quieres así-
-¿Cómo que si yo lo quiero?, espera, estás… ¿Acaso has dicho que si así lo quiero? ¿Realmente ha pasado por tu
cabeza que disfruto de tu presencia aunque sea un mínimo?- Me paré y tiré los
paños húmedos, luego miré atenta a esos ojos abominables mientras se lo
decía.
-No, no pienso, pero sí, casi captas la
idea, ya que tu amigo Roddy no ha venido como dijo que vendría, y Matty es tu
amiga pero comienza a cansarle que nunca estés para ella. Otros amigos, sabes
que no tienes y en cambio la comunicación con tus padres es buena… También
sabes que cada vez que llegas a casa ellos no están y no pueden escucharte o
simplemente no te ponen atención porque están muy ocupados. Entonces pienso que
debes sentirte bien conmigo aquí, al menos discutiendo y ayudándome, fingiendo
ser buena con este servidor.-
-¡Basta! ¡Cállate ya!, tú no sabes nada
de mí, así que no tendrás mi preocupación sobre el tema, simplemente haré como
si no te hubiera escuchado.- Empujé el pomo de jabón líquido y cayó sobre las
toallas, me molesté tanto con esa actitud hacia mí, luego le di la espalda para
quedarme pensando ahí, quieta.
-Es la verdad y sí me estás escuchando,
no finjas que no porque sino estarías riendo ahora y no a punto de llorar, lo
siento, no pensé bien que te iba a hacer sentir así-
-¡Cállate ya!-
Levanté rápidamente mis manos y me tapé
los oídos porque ya lo había hecho, ya me lo había recordado todo, y mis ojos
comenzaron a humedecerse
-Lo siento, no puedo consolarte… Yo… Yo,
de verdad no puedo, perdóname-
Salió de la bañera de un salto y corrió
hacia la habitación mientras comencé a llorar, él no sabía lo que me pasaba,
nadie sabía lo que pasaba, mi forma de actuar con los demás, mi forma de
criticarlos, fingiendo ser segura cuando en realidad la soledad además de darme
placer hacía que olvide a mi pequeño hermano Bryan, él único mejor amigo que
tuve hasta los nueve años de edad.
-¡Virlux, no te vayas por favor! Quiero contarte
que…- Caminé hacia la habitación, mis ojos estaban llenos de lágrimas.
-No puedo irme así, estoy aquí en el
armario, aún tengo la pintura en la…-
-¡Ya, ya, ya sé! Me molesta que seas así
de duro, como si no valoraras toda la ayuda que te he dado hasta ahora, cuando
la culpa de que estés aún aquí no es mía, te recuerdo que estás en mi
habitación y aquella vez estabas en mí habitación, ¡EN MÍ HABITACIÓN! Un lugar
presente que bien sabes, es completamente ajeno a ti. ¿Qué te quejas ahora, qué
es lo que quieres criticar? ¿Qué es lo que quieres de mí?- Estaba llorando
mientras le hablaba.
-No pienses que solo me importa mi
existencia por no decir egoístamente que solo me importo “Yo”, sé que eres la
única que puede ayudarme a que regrese a casa, lamento haber leído tus diarios,
lamento haberme inmiscuido en tus cosas personales y sentimientos de rencor que
tienes y que sientes ahora mismo que no te deja ser libre, no te deja ser
feliz, de verdad lamento tanto mencionarlo- Usaba una voz baja y cautelosa que
el encierro del armario lo hacía más difícil de escuchar.
-Sé que leíste mis diarios y toda la
barbaridad que hablo ahí de los demás, sé que lo sabes por eso me tratas así- Empecé a llorar.
-Sí lo hice, también sé que él era mayor
que tú casi por un año, también sé que te amaba mucho, quizá más de lo que tú
lo amas a él, siempre siéntete segura de eso, un espíritu blanco como él, tan
fuerte, con tanta luz no podría dejarte jamás, él está contigo ahora-
-Sé de ese sentimiento mejor que tú,
nosotros disfrutábamos de la compañía del otro, y no puedo, no puedo por más que
quiero dejar de pensar en él, dejar de sentir que lo necesito, no puedo, no
puedo. Cada vez que comienzo a sentirme bien con alguien y de pronto veo que
sonríe, puedo ver su pequeña sonrisa en aquella persona, esa sonrisa juguetona,
en esos momentos puedo sentirlo conmigo, o cuando me abrazaba, cuando me
llamaba hermana, cuando me decía que me quería y nos quedábamos dormidos en el ropero.
Por eso me reusé tanto tiempo a percibir que alguien podría hacerme sentir
igual, que alguien pueda reemplazar ese amor, y nadie puede Virlux, nadie podrá
nunca hacerlo y...
Sí que va a recordármelo una y otra vez-
-Un hermano y un amigo no son lo mismo,
un amigo puede quererte porque ha nacido un cariño entre ambos, un hermano
además de sentir eso cada que crecen juntos, tiene que quererte porque es su
deber cuidarte y hacer que seas feliz y no lo hará por un motivo, solo lo hará
porque eso lo hará sentir feliz, comprende que no es lo mismo- Se acercó a mí
muy lento mientras me hablaba.
-Debes de tener razón, y me duele tanto
que no esté, siento dentro de mi muy feo, me desgarra por dentro y me sacude
con brusquedad, me duele, me duele tanto-
Mientras hablaba señalaba mi estómago,
estaba ahogando mi pecho de llanto, me derrumbé al suelo de rodillas, y comencé
a sentir que Virlux me cubría con la sábana desde la cabeza a los pies,
simplemente alzó la sábana mientras empujaba el aire al extenderlo, luego dejó
que caiga suavemente sobre mí.
-No llores más, tu hermano es feliz por
tener una hermana como tú y haber vivido con ella muchas cosas buenas, él
también te extraña pero si tú lo extrañas más, entonces harás que desespere, no
llores más por favor- Me abrazó muy lento extendiendo y contrayendo cada músculo de sus brazos y manos, lo hacía con cuidado a través de la sábana y
se sentó ahí en el suelo conmigo.
La paz empezó a llenarme de inmediato,
luego me pegó hacia su pecho, me sostuvo con un poco de tosquedad y nerviosismo
pero luego fue suavizando ese abrazo, la inquietud de su respiración por la
incomodidad y el temor hacia mí que
había echo que note antes. Cuando al fin él me abrazaba realmente,
estiré mis brazos bajo la sabana, él me soltó un poco y luego me dejó que lo
abrace mientras yo solo lloraba con más fuerza y entonces me hablaba en un
idioma que no podía reconocer al principio, lo repetía una y otra vez hasta que
abrí los ojos y me di cuenta que era un canto que retumbaba mis oídos, que me
llevaba hacia un lugar vacío, sin dolor, blanco intenso, donde había tanta luz
que comenzó a marearme, así que de inmediato comencé a sentirme enferma y de
pronto me desmayé en sus brazos.
-¡bastra, bastrá tremún sugué,
bastrá, bastrá
bastrá tremún sugué, sugué tremún sugué!- Lo recitó por casi quince minutos que parecieron muchas horas de susurros.
-Me siento enferma, ¿Dónde estoy?, ¡Me
has matado, me has matado!, le he dicho a mamá que tengo sus calcomanías de X factor- Le hablaba mientras me veía ahí en sus brazos
desmayada, el alma se me había salido del cuerpo y solo miraba todo como una
escena fuerte e impresionante.
-¡Despierta ya! ¿Te sientes mejor?-
-Oh dios, ¿Me has golpeado? tengo ganas de vomitar, ¿Por qué me
siento como si me hubiera pasado un camión encima?- Estaba aún en sus brazos despidiéndome ya de este mundo,
le hablé bajo la sábana y me sentía demasiado débil para levantarme, pero poco a poco mis extremidades reaccionaban.
-Si vuelves a llorar así vas a
deshidratarte- Lo dijo con una voz muy animada.
Me levanté del suelo con la sábana sobre
mi cabeza sin poder ver nada pero antes me solté de él despacio, de inmediato
jalé rápido y me la quité de encima entonces él desapareció y solo podía ver
las manchas en su cuerpo, se metió debajo de la cama y desde ahí me habló
-¿Ya te sientes mejor?- Dijo con voz
suave.
-Pensé que me había muerto y eso me dio
miedo, ¿Qué fue lo que dijiste?, estabas cantando una canción y luego me quedé
ciega, después pude vernos, ¡Me había muerto, me asustaste de veras me
asustaste!-
-No, no te habías muerto, solo le estaba
pidiendo a tu alma que se salga de tu cuerpo, que se eleve, para que puedas
limpiarla, separarla del ser, que solo seas tú, tú al cien por ciento, así no
sientes dolor, las almas no sienten, por eso te viste y te olvidaste. Por favor
te pido que no lo hagas tú, que no la cantes sola y descansando porque es
peligroso.-
-No lo haré, lo prometo, ¿Ya tienes
sueño?, de verdad agradezco eso que has hecho por mí, que hayas expuesto tu
salud así solo para hacerme sentir mejor-
-No lo recuerdes, ya ni si quiera quiero
hacer un comentario a eso jejeje, jejeje-
-Jejeje, jejeje, qué tonto eres. ¿Ya
tienes sueño, qué te pasa?- Me preocupé.
-Pienso que en un día más podré ir a
casa, ellos pensarás que estoy evadiendo mis labores.- Él ya estaba echado
completamente debajo de mi cama.
-¿Entonces tienes una profesión
importante allá en Virlulandia?-
-Soy maestro de sociales ¿Qué es eso de Virlulandia? vaya, de veras pensé que podía conjugar y comprender el español al cien por ciento pero cada vez que hablas me haces sentir tan mal, creo que al llegar a casa me pondré a estudiar-
-Oh sí, enseñas las técnicas de cómo
espiar a una chica sobre un árbol y tratar a los demás como iguales-
-No, claro que no, solo soy profesor de "Ciencias Sociales"-
-Oh genial, debes saber mucho de
Arqueología y Antropología. ¿Puedo preguntarte y con mucha sinceridad te digo,
a qué viniste aquí?
-Solo fue curiosidad-
-Dije que con sinceridad-
-Estoy buscando algo-
-¿Qué buscas, es mío a caso?- Dije curiosa mientras me iba acomodando en la cama.
-No, no de ti, uno de tus amigos posee
una herencia que podría arriesgar nuestro recóndito paradero junto a nuestra
existencia, todas nuestras costumbres, toda nuestra evolución depende de eso
que él posee, y digamos que me mandaron a recuperarlo. Y esto que acabo de decirte solo lo saben dos personas. Tú y yo-
-No entiendo, ¿Te mandaste tú solo?-
-Como te dije antes no buscaba nada aquí,
solo fue curiosidad al principio, quería saber si era verdad lo que sabíamos
sobre esta especie que aunque desarrollado tecnológicamente se ven y creen
superiores, son lo contrario y crecieron de una forma equivocada matando todo a
su paso. Al quedarme más tiempo me enteré que esa
persona llegó a ti, porque sé de cada persona que se te acerca, he ido con cada
uno pero solo tú me has visto por error mío o quizá intencional, sé que te ibas
a relacionar con él, entonces yo podía pedirte que me ayudes a conseguir lo que
quiero. Te soy sincero… Después había pensado en matarte y esconder tu cuerpo, perdona la frialdad
de mis palabras-
-¡Qué feo se sintió escuchar eso!- Pasé
saliva.
En eso momento solo podía escucharlo
porque estaba bien metido bajo la cama
-Antes que despertaras tomé una galleta
de encima del escritorio y me la he comido, son de esas galletas que hace tu
mamá, y creo que no me siento bien ahora- Dijo con voz quejumbrosa
-¿Qué galletas? Si no hay nada en el
escritorio solo el plato vacío, mi mamá me hace cuatro galletas y esas me las
como en dos o tres días porque son enormes, ¿Dónde están las demás?-
-Bueno, creo que no fue una sola galleta,
es que tenía hambre y olía tan bien, extrañaba alimentar el cuerpo y agua sola
ya no era suficiente, son dos días sin comer y no pude resistirlo pero he
cometido un grandísimo error.
Bueno, eso es lo que ahora hago aquí en
tu habitación, solo esperar que me ayudes a conseguir lo que necesito, me duele mucho el estómago, Vicky-
-Tranquilo Virlux ya se te va pasar, creo que se te aflojó el estómago, si quieres puedes usar el baño para hacer tus necesidades.-
-Ruego que no estés prediciendo el efecto de estas galletas-
-¿Esa persona de quien me hablas es Roddy
verdad?- Le regresé el tema anterior.
-Sí, eres muy inteligente y sabías que
su…-
Escuché y lo interrumpí.
-...Que su padre tiene una colección
invaluable y extraña, no vista por muchos arqueólogos y antropólogos en muchos,
muchos años, algunos piensan que dentro de esa colección de la cual presume y
esconde con el estado, resolverá muchas preguntas actuales que nos dejarán
sorprendidos y pelones.-
-Exacto, eso he leído en tu diario y de
inmediato quise investigar por mi cuenta, yo puedo afirmar porque he estado
ahí, que encontré a demás de lo que nos pertenece a nosotros los Virlux, muchas
cosas más que ustedes no deben saber y comprender aún, nadie puede leerlo, pero
yo sí pude entender mucha de esas cosas, de hecho algunas no me han agradado
nada...-
-¿De qué estás hablando? ¿Has estado ahí
y no te has llevado lo que es tuyo?-
-No se me permite hurtar, no puedo entrar
y llevármelo simplemente-
-Es curioso que lo digas, puedo darme
cuenta que has leído mi diario, yo había pensado eso de Roddy, que podía llegar
a esa colección de su padre teniendo su amistad, al menos he intentado eso pero
no sé si lo logre, ¿Y ahora qué vas hacer?-
-Que tú me vas a ayudar, vas a convencer
a Roddy a que te regale eso que le pertenece a su padre, luego me lo entregas
porque es mío, y luego te daré lo quieras a cambio-
-¿Lo que quiera? Pues te quiero a ti-
-¿A mí? Resultaste ser más astuta que yo,
esa petición me pone nervioso y al mismo tiempo no la comprendo-
-No, no entiendes, a ti no, me refiero a
que quiero saber quién eres, ¿Quiénes son los Virlux, la cultura, sus
antepasados?-
-¡NO eso NO! Hasta creo haberte podido
dar lo que pensé que querías, pero eso no-
-¿Qué pensaste que podía querer de ti?-
-Pues no lo sé, mi esclavitud, mis
servicios por algún tiempo sin quejarme-
-Especifica eso-
-Pues placer, no levantar ni un solo dedo
y tenerlo todo a la mano, mi cuerpo, mi fuerza, el placer que le causaría a un
ser humano que no se cansa nunca de tener-
-¿Qué me crees, demente? Ni si quiera
había pasado por mi cabeza, pedir algo como eso, sería grotesco y antinatural,
no podría nacer de mí tal iniciativa. Si alguien lo hizo antes es porque
era un pobre infeliz, yo entiendo perfectamente que somos de distintas
especies.
Ya me di cuenta que tienes una mala
impresión de los seres humanos, y créeme que muchas personas tampoco lo harían,
estoy segura, no pedirían eso-
-Bueno, gracias por darme ese alivio. Por
otro lado, lo he pensado y no puedo darte esa información que quieres-
-Entonces tampoco puedo ayudarte- Me
crucé de brazos y volteé porque sabía que de todas formas me daría esa
información.
-Ok, mira, abre tu revista de NG… Justo
ahí, donde está la línea de tiempo- Tomé la revista y me senté al costado de
la cama mientras él estiraba su brazo y me señalaba tan convencido de que me
decía la verdad.
-¿Te refieres a los Australopitecus
Robustos?-
-Así es, uno de mis antepasados: “Australopitecus
Aethiopicus”, Lo que dice en la revista es cierto, bueno, menos esto; Del
periodo entre 2.6 y 2.2 millones de años. Te explico, según el “Batahanai”
libro antiguo escrito por nuestros dioses, vivimos desde antes de los
“anamensis”, y puedo asegurar gracias a ese libro que la estancia de nuestra
especie no solo se quedó en África oriental, no solo eran de selva, de
desierto, de frío, no solo eran marinos como los que descienden también de
ellos que son nuestros primos cercanos, no solo eran de todas partes y quizá me
comprendas al decirte esto como también no tengas idea de lo que hablo ahora y
es mejor que no lo sepas. Australopitecus fuertes, de una prominente cresta ósea
a lo largo de la parte superior del cráneo. Australopitecus a la par con los “Habilis”
y “Sefensis”, evolucionamos, pero no igual, nosotros teníamos algo que no todos
tenían y es un secreto aún incluso para nosotros, Los “Sefensis” no están en
ese libro, ya que desaparecieron tantos años porque se ocultaron en el mar, un
lugar donde aún no podrán escavar, en lo más profundo del mar ten por seguro
que encontrarán esqueletos que comprueben lo que te estoy diciendo, esa especie
es un misterio.
Evolución física, evolución psíquica,
evolución emocional como ninguna otra especie, son de las mejores
características de nosotros los Virlux. Y como verás, aún se mantiene esta
cresta, mira, ¡ponte ese guante y toca esto!... ¿Ahora puedes sentirlo, ya no es tan
protuberante como antes verdad? Ahora mi cráneo es cuatro veces más grande que
ese antepasado porque le hace espacio a mi valioso cerebro. Entonces te darás
cuenta, que si aún tenemos la cresta es la prueba de que la especie aún no ha
permitido el contacto con otras, no se han combinado nuestros genes.-
-¿Sefensis es la especie acuática? ¿Prima
vuestra? ¿Te refieres a … Te refieres a las…- La sangre se me subió a la
cabeza porque aunque parecía imposible estaba creyendo en sus palabras.
-¡Shhh! Sí, desde aquí no puedo darte más
información porque no me conviene-
-¡Sal de ahí, ven aquí! ¿No te parece que
estamos hablando de algo importante? Y tú sigues ahí de bajo tan tranquilo-
-Es que no me siento muy bien que
digamos, me ha dado sueño-
-Entonces prométeme que más tarde
seguiremos hablando de esto, ahora iré a la universidad, ¡Adiós!- Tomé mi
mochila y me fui.
Al llegar la noche ya había regresado de
mis clases, entré a la habitación y Virlux estaba dormido así que no lo
molesté. Me bañé, me puse la pijama, cené y después con la esperanza de que
despertara me acerqué, pero llegó las nueve de la noche, luego las diez, y al
fin cuando eran las diez y quince minutos me fui bajo de la cama, antes me puse
el guante quirúrgico para poder moverlo y despertarlo, pero no estaba, no me di
cuenta a la hora que se fue, pensé y me acerqué más ahí abajo para poder
tantear el suelo y de pronto comencé a sentir su cuerpo. De inmediato me tomó
de la muñeca, me jaló hacia él y abrió los ojos, apareció frente a mí con esa
mirada molesta y penetrante.
-¿Qué crees que estás haciendo?-
-Es que pensé que… Quería saber si ya te
sentías mejor, quería despertarte moviéndote un poco, quería saber cómo
estabas, ¡Disculpa!- El me miraba atento, estaba muy serio y yo muy nerviosa.
-¿No te das cuenta que estaba durmiendo?
¡Regresa a tu cama en este mismo momento y no me vuelvas a tocar!-
-¡Huy qué genio! Está bien, me voy a mi
cama- Pensé “Nunca me habían hablado así tan duro, ahora sé que no debo
despertar a un Virlux”.
Me acosté en la cama nuevamente, dormía
tan tranquila hasta que comencé a sentir mucho calor, la habitación olía
intensamente a plantas quemadas, a fuerte humedad, me fui al lado de la lámpara
así echada como estaba y vi en la pantalla del reloj digital lo que la
temperatura marcaba, 40 grados centígrados, 4:00am, no podía creerlo, no podía
explicarme ese cambio tan brusco de temperatura cuando unos momentos antes el
marcador tenía menos de la mitad, y ese agresivo olor a humedad cada ves me
desconcertaba. Me fui bajo de la cama para despertar a Virlux y entonces lo vi,
estaba muy verde, la piel se le había puesto verdusca, los párpados estaban
amarillos, me bajé por completo de la cama y me quedé arrodillada, luego tomé
su brazo para jalarlo hacia mí pero me quemé como cuando tocas la plancha aún
caliente, ohh Dios estaba hirviendo y quizá a más de 50 grados, y toda esa
calentura la estaba emanando hacia la habitación. Tomé mis sábanas, las dejé
caer al suelo, entonces lo cubrí y lo jalé de la sábana que estaba bajo su
cuerpo, lo que me hizo deslizarlo más fácil y sacarlo de ahí por el suelo que
es liso y resbaloso, luego lo saqué por completo, toqué sus párpados para
abrirlos y ver sus ojos, en ese momento su corazón latía muy rápido, y su
respiración estaba tan agitada que parecía un cronómetro.
-¡Virlux!, ¡Virlux! ¡Despierta por favor, no te mueras por favor, no te mueras!- Lo decía con voz baja cerca de él
Entonces me acerqué a ver sus ojos que ya
no eran azules intensos, esta ves se veían muy negros y fue ahí cuando me di cuenta que se había desmayado.
-¿Qué hago contigo ahora? ¿Qué hago
contigo?- Le preguntaba con desesperación mientras tocaba su rostro.
Su frente quemaba tanto que no aguantaba dejar mi mano, corrí por paños de agua y alcohol pero se consumían en poco tiempo.
Finalmente por tanta desesperación y sin saber qué hacer tomé mi celular y le marqué a Matty
-Matty, Matty, ¡Ayúdame por favor!- Estaba nerviosa.
-Vicky eres tú, son las 4:15 de la mañana, ¿Qué quieres conmigo ahora? Me hablaba somnolienta al responder después de tres intentos de llamarla.-Oh Matty ayúdame, ¡Ayúdame! Mi amigo se muere- Estaba llorando.
-¿Qué? ¿Quién se muere? ¡Dime! ¿Quién se
muere?- Se despertó de inmediato.
-¡Ven por favor, luego te explico!
Necesito que traigas tu auto, cuando llegues a casa entras a mi habitación para
que me ayudes a bajarlo y ahí te contaré todo-
-¿Mi auto? ¿Para qué quieres mi auto?-
-Ya Matty, apúrate que se muere y si le
pasa algo no sé qué voy hacer ¡Ven ahora!-
-Sí, sí, sí, estoy yendo, estoy yendo,
estoy saliendo de mi habitación justo ahora, tú tranquila eh, no pasa nada, no
pasa absolutamente nada-
-¡Por favor, apúrate!- Le hablaba
desesperada mientras la desesperación me hacía llorar.
-Llego lo antes posible- Me cortó.
Comencé a pensar y a caminar a su
alrededor mientras lo veía ahí en el suelo, hasta lo estaba tocando, ya ni me
había fijado si tenía los guantes puestos.
-Oh no seguro lo he contagiado con algo,
algunas de mis bacterias lo han contaminado, ¡Oh no es mi culpa! !Perdóname Virlux, por favor, no te mueras!- Me decía yo
misma y a él como si me escuchara.
De inmediato se me ocurrió que mientras
tanto podía bajarle la fiebre, bajé por las escaleras muy rápido sin prevenir
mi seguridad ya que estas eran muy empinadas, me metí a la cocina y saqué
las únicas dos bolsas de hielo que habían en la refrigeradora, ¡Dios!, muchas
cosas pasaban por mi cabeza mientras tanto ¿Qué hago si se muere? ¿Dónde lo entierro?, no sé como pude llegar hasta mi
habitación de nuevo cargándolas al mismo tiempo contra mi pecho, logré llegar
hasta Virlux, le hice hueco a cada una de las bolsas de hielo con el gancho que estaba sobre el
comodín de mis cosas, dejé que hielo caiga por todo su cuerpo, por el borde de
él y el suelo, por su pecho, sus piernas, su rostro y cuando ya había vaciado
todo comencé a ver que se derretían con una velocidad increíble así que esperé
ahí para ver que lo que hacía para bajar la temperatura fuera suficiente.
Pasaron como diez minutos y el hielo casi
era agua que su mismo cuerpo absorbía y eso me agradó, luego me acerqué a él y
abrí sus ojos para ver si habían cambiado de color al igual que su cuerpo que
constantemente comenzaba a desaparecer en el suelo o mejor dicho, camuflarse
con el color. Luego pensé más y quise sacarle el alma como él lo había echo
conmigo pero no recordé la canción entonces comencé a empujarlo para que
despertara pero no lo logré.
Cuando casi pasaron unos diez minutos más, Matty me marca al celular.
-Aló Vicky, estoy afuera de tu casa-
-Ven sube, necesito que me ayudes a
bajarlo-
-¿Cómo entro?-
-Oh sí espera ya bajo- Bajé corriendo
por las escaleras y luego me dirigí con velocidad hasta la puerta para poder
abrirle a Matty.
-Amiga ¿Qué ha pasado?- Me lo gritó en
la cara.
-¡Shh vas a despertar a mis padres!-
-¡Oh te lo tenías bien escondido eh!-
-¡Basta, no estoy jugando!, mira, lo que
verás ahí arriba tendido en el suelo de mi habitación no lo habías visto antes,
quizá no puedas creerlo, y te pido por favor que hagas como si estuvieras
soñando, te pediré otro favor más, no me hagas preguntas de él hasta que ya
esté mejor, por favor, ahora se está muriendo y tengo que hacer algo y tú me vas
a ayudar-
Subimos las escaleras muy rápido y en la
prisa me resbalé y golpeé mi empeine fuertemente pero con el mismo apuro me
volví a levantar y seguí hasta llegar a la habitación donde entré delante de
Matty, me acerqué a Virlux, le abrí los ojos y comenzaban a ponerse azules de
nuevo pero seguía verde.
-¡Ahhhhh Madre mía! ¡Un extraterrestre!- Se asustó al verlo y se pegó la espalda al retrocer con la pared.
-¡Shhh cállate que vas a despertar a mis
padres!, ahora ayúdame a bajarlo hasta la puerta y luego a subirlo a tu carro,
necesito un lugar para poder revisarlo mejor y que no sea mi casa-
-¡Ah no! ¡A mi casa no eh, a mí no me
gustan los extraterrestres!-
-Te estoy pidiendo un favor, luego lo
sabrás todo, por ahora había pensado que podía llevarlo al consultorio de tu
mamá-
-¿Y qué, le vas a revisar los molares?- Mientras me hablaba se había acercado a él y lo había tomado de los brazos, yo
lo sujetaba de las piernas y comenzamos a bajarlo muy despacio y con cuidado
por las escaleras, pesaba como un elefante a pesar de que no era muy grueso.
-No, no, hay que pasar primero por la
farmacia, algo que le limpie el estómago porque se comió las galletas que me
hace mamá-
-Huy no, ahora comprendo por qué está al
borde de la muerte-
-Deja de decir cosas y dime si podremos
llevarlo al consultorio de tu mamá-
-Sí, mi mamá deja la llave ahí en el
macetero, es una buena idea, pero luego tendremos que sacarlo de ahí, antes de
las 8:00am porque sabes que mi mamá es muy puntual. ¡Huy qué feo que estás,
demonio!- Lo miró y le habló tan franca como solo puede ser ella, pero Virlux aún
seguía desmayado.
Entramos en el auto y lo dejamos en el
asiento de atrás, fuimos unas calles más adelante hasta llegar a una tienda que
recibe compradores todas las veinticuatro horas del día, yo le contaba lo que
había pasado y los síntomas que me dijo tener antes de quedarse dormido, luego
me metí a la tienda y le preguntaba a Matty, qué podíamos hacer con él.
-Si está mal del estómago y eso fue lo
que hizo que tenga fiebre y desmaye, entonces tienes que comprar algo para la
infección, suero por si luego se le afloja el estómago o se deshidrata por
tanto sudor expulsado, algo por el dolor si es que lo siente cuando al fin
despierte si despierta- Me habló muy calmada.
-¡Tienes que despertar!- Le dije muy
preocupada.
-Sí, ya, tú pídele ayuda al del
mostrador- Me señaló al chico de gorra detrás del mostrador.
-Disculpa nos podrías ayudar, mi amiga
está mal del estómago, hace un momento se desmayó, vomitó y se puso verde,
luego sus ojos se dilataron, pero estuvo inconsciente un buen rato-
-Sí, sí, lo que ella dice es cierto, se
puso verde y le salió pelo blanco en la barbilla, sus párpados estaban
amarillos, yo creo que había abusado de las sombras del maquillaje, tú sabes lo
exageradas que son-
-¿Quién de las dos está enferma? ¿Cuántos
años tienen?-
-Ella- Señalé a Matty
-No, ella- Me señaló a mí.
-No, mi amiga está afuera en el auto,
creo que se ha intoxicado, pero no vayas porque ha dejado todo el auto desde
adentro hasta afuera, huy no, todo vomitado-
-¡Wácala qué asco! Sí, sí, entiendo. Adolescentes, nunca miden
las consecuencias. Bueno, denle esto, es una inyección de penicilina para la
infección, y esta le ayudará a bajar la fiebre, esta pastilla para recubrir el
hígado, esta otra para el estómago, este suero y la intravenosa, pero eso sí,
deben de saber de alguien que pueda ponérselo bien-
-¿No tienes suero para beber?- Pregunté
-No, lo siento, se nos ha acabado-
-¿Oye, y cómo nos vendes esto si el
farmacéutico no está aquí?- Dijo Matty.
-No se preocupen, el farmacéutico me deja
siempre una bolsa para los ebrios que llegan en la madrugada, es que el
hospital más cercano está como a una hora de aquí por eso hay permiso de vender
aunque con receta médica, esta vez puedo hacer una excepción-
-Muchas gracias- Dije.
Luego tomamos más bolsas de hielo y nos
retiramos de la tienda
Llegamos al consultorio de su mamá y eran
como 5:10 de la mañana, cargamos a Virlux hasta la silla inclinada de los
pacientes, prendimos las luces, lo amarramos por si se despertaba agresivo,
Matty le colocó la aguja en la vena del brazo derecho y lo conectó al suero, era
esa vena gruesa que se notaba con el tacto. Le inyectó en la nalga la
penicilina pero antes lo pusimos de costado, luego lo volteamos y en la otra
nalga le pusimos la otra, solo faltaban las pastillas pero estas no podíamos
dárselas hasta que despertara. Agarramos las bolsas de hielo que esta vez eran
cuatro, lo acostamos en el suelo y antes pusimos el mantel del escritorio para
que no tocara el suelo, comenzamos a esparcir todo el hielo sobre él y alrededor
para terminar por cubrirlo de pies a cabeza y esperamos, esperamos media hora,
una hora hasta que comenzó a temblar fuertemente
-¿Qué está pasando?-
-No sé, no sé, debe tener frío, ¡Ya sé,
le ha bajado la presión por tanto hielo!- (Dije muy preocupada)
-Rápido, rápido, hay que quitarle todo el
hielo. ¡Dios santo! ¿Quién va a limpiar después todo este desastre en el piso?- Matty miró con preocupación el suelo del consultorio
-¡Mira, ha abierto los ojos!... ¡Virlux,
Virlux! ¿Me escuchas?, estoy aquí, estoy aquí, no te preocupes, trata de
controlar tu cuerpo, piensa en que te estás sanando, ¡por favor, despierta!- Me acerqué a él a hablarle.
-Ya no está desmayado pero está muy
débil, sigue temblando, vamos a ponerlo en la silla inclinada nuevamente y lo
tapamos con las toallas que están ahí en el aparador de utensilios, rápido,
pásame las toallas- Me señaló el aparador donde su mamá pone las toallas, y
todos los utensilios que usa en cada consulta.
Me ayudó a poner nuevamente a Virlux en
la silla, luego lo cubrimos con muchas tollas blancas hasta que poco a poco su
respiración comenzó a bajar, el suero se había consumido dentro de él, Matty lo
desconectó de la intravenosa, su corazón latía más lento y la temperatura de su
cuerpo llegó a 38 grados centígrados.
Esperamos unos minutos más y pensé que
podía despertarlo
-¡Hey, Virlux!, ¿Estás bien?-
Le hablaba y le hablaba y solo seguía
durmiendo hasta que comenzó a moverse y de sus ojos empezaron a salir lágrimas
que caían a cada costado de sus ojos.
-¡Virlux, Virlux, despierta!- Estaba
preocupada comenzó a hablar en su idioma extraño mientras quería destaparse de las toallas pero en una pesadilla.
-No, noggué, noggué noggué, nooooggueeeeeé,
¡Ohh Nogguéeeeeeeeee!, ¡nogguéeeeeee!-
-Sabes qué creo, creo que está llorando y
está pidiendo a su mamá- Dijo Matty con ese puchero triste.
-No te burles, no ves que está llorando.
¡Virlux, Virlux, despierta ya!-
Me acerqué cada vez más y abrí uno de sus
ojos y como la luz del aparato que estaba sobre él estaba prendido con todo lo
que da de potencia, hizo que su pupila se encogiera y se ponga pequeña, de
pronto me sujetó de la muñeca del brazo izquierdo y me jaló hacia él, a lo que
hizo que Matty reaccione.
-¡Ahhhh!- Gritó Matty de susto.
-¡Te dije que no me vuelvas a tocar!- Me
miró muy feo y luego se quedó dormido lentamente.
-¡Uff, pensé que te morías!- Dije con
tranquilidad.
Entonces nos quedamos ahí viendo como se
dormía, Matty puso su mano sobre su estómago y le daba pequeñas palmaditas como
si fuera un cachorro y yo no podía hacer que me suelte así que me mantuvo cerca
de él sujetando mi muñeca pero con más suavidad.
No importa lo grande que era, lo fuerte e
inteligente, también se podía enfermar y sé que se había asustado, que esa
fiebre terrible había causado que esté casi al borde de la muerte. Pobre Virlux y pobre de mí.
@BetsyMJAPCF - twitter
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