(En mi otra vida - extracto del capítulo 2)
Estuve pensando en Daniel, y en
el por qué sucedieron estas cosas, no tengo el número de su celular, no sé si
aún estaba hospedado en el hotel, y eso era otra pregunta que me hacía, ¿Cómo
se hospedaba en el hotel y mi abuela no le decía nada?. No quiero odiarlo por
la muerte de mi abuela, eso sería culparlo de algo que no tenía lógica para mí
hasta entonces, pero sí quería saber la historia.
Fueron estos motivos, los de hacerme
cargo de todo. Tuve que cambiar mi forma de vestir para reuniones aburridas del
hotel, casi todos los días venían a mí compradores o vendedores de servicios,
que yo tenía que aprender a atender pero en realidad no tenía ni idea de lo que
hacía, Francisco me explicaba algunas cosas aunque él solo era el
administrador, lamentablemente la empresa ahora estaba a mi nombre era la única
representante oficial.
Un día más y decidí salir de mi
prisión de cuatro paredes, para buscar a Daniel y preguntarle sobre lo que
había pasado, estaba por salir y tocan la puerta de mi suite.
-¿Quién es? Ya salgo, un momento-
-Soy Yo, Daniel de la Barca.- me
lo dijo sin prepararme, sin salir a buscarlo había llegado a mi aposento, ¿Con qué motivo? Me
preguntaba.
-Oh eres tu, un momento por
favor, ya te abro.-
-No te preocupes Liliana,
demórate lo que quieras.- cuando terminó de hablar abrí la puerta.
-Hola Daniel, ¿Cómo estás?, es
una sorpresa verte, Créeme!.-
-Yo, no estoy muy bien, Liliana,
estoy apenado por lo sucedido con lo de tu abuela, no quise ocasionar algún
problema, no tenía intensión de nada, no debimos salir juntos, vine aquí a
contarte todo para que entiendas por qué está molesta tu abuela, y al mismo tiempo
comprendas que ella no tenía ni un motivo para odiarme como lo hacía.-
-Bueno, te escucho.- le cedí el
tiempo y así comencé a escuchar.
-Hace un tiempo, mucho tiempo
atrás, mi padre salía con tu abuela, se amaron, se casaron, el al cabo de unos
meses antes de cumplir dos años de estar juntos, murió mi padre. Doña Zoila fue la única familia que tenía aunque no
era mi sangre, la relación de ellos duró aproximadamente dos años y medio, y durante esos dos años fui
otro hijo para ella que era muy cariñosa conmigo, yo la quería mucho, hasta
ahora la quiero. Mi padre era el dueño de la empresa de cigarrillos y cuando
ellos se casaron la empresa estaba a nombre de los dos por un acuerdo de matrimonio y bienes mancomunados, pero cuando mi padre
murió, Doña Zoila me dio la propiedad completa, la empresa de cigarrillos que era suya, ella decía que era mío, que no dispondría de ella porque ya tenía mucho con lo suyo, los hoteles, ¿Sabes
que más hizo tu abuela por mí?, cuando la empresa de cigarrillos estaba por
quebrar, ella regaló las ganancias de dos hoteles durante un año, sería yo
quién administraría, para así ayudar a que la empresa de cigarrillos siguiera en
pie, se lo agradecí tanto, mi trabajo lo hice tan bien que gané más de lo que
normalmente ganaban esos dos hoteles al año, y tu abuela confió en mí, sería yo el que
administraría todos los hoteles. Me encargó que abriera una sucursal en
USA, fue entonces que me mandó con una gran suma de dinero, antes de eso contacté con las
personas que me ayudarían en todo esto pero fui estafado al llegar, me robaron, me
metieron preso por sospechas pero luego salí por falta de pruebas en 2 meses,
¿Puedes creer eso?, la policía de USA me metió preso a mí cuando fui yo quien puso la denuncia,
no me devolvieron nada, el dinero lo perdía por completo y cuando regresé a
casa para hablar con Doña Zoila, ella dudaba de mi, y no volvió a ayudarme
nunca más, pero aún manteníamos contacto familiar, pasó un buen tiempo más y
las empresas de cigarros volvieron a caer en depresión, así que volvía a pedir ayuda y cuando ella estaba a punto de dármela, en las oficinas administrativas de la empresa de las pertenencias que habían sido de mi padre, unos detectives al buscar encontraron rastros posibles en ventas de armas
ilegales, narcotráfico y lavado de dinero que era comprobado en 2 semanas siguientes, mi padre no solo era sospechoso, era
el responsable, era el jefe, yo no tenía idea de aquella vida que llevó mi padre,
porque me la pasaba estudiando siempre, terminé mi carrera de administración de
empresas a temprana edad, y luego me dediqué a especializarme en lo mío, como
mi padre me daba todo no tenía de qué preocuparme. Tu abuela se enteró de todo,
Liliana!, se decepcionó de mi padre que ya hacia muerto y de mí al pensar que
era como él, me llamó ladrón, mafioso y deseó que me muera igual que mi padre,
desde ahí traté de explicarle que no sabía nada, había ganado el caso de la
estafa en USA y la gran parte del dinero perdido había sido recuperado, un
abogado estadounidense me acompañó siempre para hablar con Doña Zoila, y
ella nunca nos atendió, hasta que conoció a tu nuevo abuelo. Cuando quería
buscarla él me amenazaba y me advertía si es que le hacía algo a tu abuela,
pero el comprendió después que lo que yo decía era verdad, a él le mostré todos
los papeleos, lo reuní con los abogados y finalmente él habló con tu abuela que
me mandó una carta diciendo que le perdone por las ofensas y que podía
hospedarme todas las veces que quiera en sus hoteles sin pagar. Me dijo que era
su hijo aunque el hombre con el que se había casado había dejado de ser su
esposo, seguía maldiciéndolo y me lo repetía siempre, pero nunca
personalmente. Las cosas nunca fueron como antes, pero por lo menos podía verla
algunas veces, como en las reuniones de navidad en el hotel, o las de año
nuevo.
Esto pasó Liliana, comencé a sentir que aún me quería o me llamaría
hijo de nuevo, pero ese día por el celular me hizo ver que no me quiso nada,
que traía consigo el rencor por lo de mi padre, algo del cual no tenía nada que
ver, Yo no quería hacerle daño Liliana, no quería que esto acabase así, por eso
la buscaba, por eso quería estar cerca de ella, aunque ella me haya rechazado
siempre.-
Cuando terminó de hablar sus ojos estaban llenos de lágrimas,
escuchar a ese hombre quebrarse frente a mi, me daba pena, me contagiaba el
llanto, escuchar esa voz gruesa que se apagaba algunas veces, me impresionó y
terminé por desahogarme con él.
Por mi cabeza pasaban tantas
cosas, le creía, creía en cada palabra que salía de su boca. Le hablé...
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